Piensa en la cantidad de cosas innecesarias que compramos a lo largo del año: móviles, ropa, alimentos no saludables, actividades de entretenimiento, actividades para escapar de la mala relación de pareja como comer, ir de tiendas, etc.
Ahora piensa en las cosas importantes de tu vida y para las que has buscado el dinero de alguna forma aunque fuese para poder pagar a plazos: la vivienda, el coche, quizás los muebles de casa, un seguro de salud o una formación.
¿Realmente tu relación de pareja vale menos que todo eso?
El problema no suele ser el dinero. El problema es no creer que valga todo eso. Si de verdad creyeras que tu relación vale la pena, invertirías en ella.
No sirve la excusa de no saber si tu pareja cambiará.
Si piensas eso, es que todavía no has entendido que no va de tu pareja, va de ti, de tu felicidad, de tu vida.
Estás invirtiendo en ti. Si este programa sirve para que tu relación de pareja mejore extraordinariamente, ganas tú. Y si sirve para que cierres con consciencia y bienestar una mala relación, también ganas tú.
Por lo tanto, la única cuestión es si quieres invertir en ti, o no.
El dinero se busca cuando es para algo importante: la salud de tu hijo, la educación de tu hija, la casa…
Tú decides si no tienes dinero y rechazas la oportunidad de mejorar tu vida en pareja, o si prefieres buscar la manera de poder entrar en el programa.
Desenredados tiene un precio, pero tu felicidad no.